sábado, 6 de septiembre de 2008

¿Rosado o celeste? : La construcción de nociones de género en niños y niñअस.

Rosado-Celeste


Me motivé al hacer este artículo debido a un evento que surgió en un grupo de niños con el que trabajé cuando elegían la junta directiva del grupo y resultan electos cinco hombres। Al conversar con ellos, les hago notar mi hallazgo y les pregunto a que se deberá la ausencia de las niñas। Ellos con ironías y bromas expresan que los hombres son” mejores para eso y que a las mujeres no les gusta estar donde hay tantos hombres”।

Me llamó también mucho la atención, que precisamente durante esa semana escuchaba en un grupo de padres, a una madre indignada pues en esta actividad no se había promovido la “equidad género”. Motivada por la inquietud de la señora, retomé el tema con los niños en varias sesiones. Para mi sorpresa, el trabajo revela como muchas madres y padres depositan tal situación a la escuela y no al hogar.

A partir de aquí, me interesa desarrollar algunas ideas que expresan estas niñas y niños sobre la construcción de la noción de género y cómo se va formando ya, desde muy niños, una identidad muy marcada por el contexto, la familia, sus relaciones vinculares y la cultura.

Es en la vida diaria dentro de la organización del hogar, en las relaciones de producción, en el sistema de enseñanza y las actividades del sistema a nivel social, económico y político que donde se fortalecen y legitiman las concepciones de lo que es y debe ser una mujer o un hombre.

Definitivamente, todos somos productos sociales, somos lo que nuestros padres hicieron y lo que sus padres formaron de ellos; somos producto del sistema educativo que nos acogió, y porque no se decirlo; indirectamente también del sistema educativo que acogió a nuestros padres. Nos convertimos en los reservorios de la sociedad. De ahí que tengamos y que manejemos en distintas intensidades nociones de género bastante distintas.

Al pensar en estos niños, antes de trabajar con ellos en el tema especifico de género; llegué a creer que quizás por los avances tecnológicos, o quizás como producto de una cultura globalizada y consumista o porque simplemente estoy hablando de una generación veintitantos años menor, sus nociones de género iban a ser más elevados que los que yo tenía a su edad. Pero no. Para mi sorpresa, muchas de esas niñas, sueñan y expresan lo que yo soñaba con tener los castillos de algodón de azúcar cuando era adolescente, las niñas se siguen viendo en función de complacer a los demás y los niños siguen viendo a las mujeres en su papel de suplidoras de necesidades. Al respecto, Quirós, E y Barrantes, O. mencionan que la identidad femenina es un proceso que se construye con el tiempo; ahí, en el que hacer diario, donde las mujeres internalizan y se apropian de modelos, reglas y requisitos de comportamiento. Ellas reciben incluso antes de nacer, las expectativas y mensajes diarios de lo que se va a esperar de ellas.

Las diferencias entre mujer y hombre se siguen delegando a los aspectos físicos. Al preguntarle a las niñas y a los niños sobre las diferencias que nos caracterizaban como hombres y mujeres; en su mayoría hicieron alusión a aspectos corporales y en específico a las sexuales; a la capacidad reproductiva, a los gustos por los deportes, a conductas como la histeria y fragilidad en las mujeres y la agresividad, caballerosidad y “vagabundería” de los hombres, a la fuerza de los hombres y la debilidad de las mujeres.

Es quizás esto un producto tal y como lo señalan Quirós, E y Barrantes, O. cuando dicen que a las niñas se les adiestra para que desarrollen conductas de pasividad, sumisión, dependencia y cuidado por parte de los/las demás; a los niños se les estimula a ser dinámicos, independientes, dominantes, investigadores. “No es necesario vendar los pies de las niñas - dice la experta Isabel Largia - para que no les crezcan, basta crearles cadenas internas, inhibiciones mentales casi indelebles, basta con provocar la muerte de la audacia, la energía, de la curiosidad que conduce a la investigación.” (p.26)

Me resulta impactante cuando la autora habla de las “cadenas internas” y no pude dejar de pensar inclusive como en ocasiones lo mismos docentes y padres somos los que propiciamos y reforzamos esta invalidez en ambos, porque tanto las niñas se ven limitadas cuando les imponemos nuestras concepciones de mujeres, como los varoncitos cuando los encajamos a lo que nosotros creemos que deben hacer.

Pienso en las veces en las que se le pide a los niños que hagan mandados porque se hace alusión a su velocidad al correr y cuando se le pide a la niña porque se hace alusión a lo rápida que es… pero barriendo.

Las autoras antes mencionadas, siguen haciendo alusión a la forma en que a las mujeres nos han convencido y como nosotras sin cuestionar hemos crecido en lo “natural” de las características y roles que nos asignan, y señala, sabiamente que nosotras mismas nos hemos dado a la tarea de “enseñar” esos “valores” a las nuevas generaciones pero de mujeres.

Otro aspecto que llama a mi atención es cuando pregunto a las niñas y a los niños sobre lo que las mujeres y los hombres pueden y no pueden hacer. Igualmente, las mujeres seguimos quedando relegadas en la función de la maternidad, de la cocina y de las labores del hogar y los hombres en muchos casos citaron que lo que no podían hacer era tener hijos. Tal parece ser que los niños y las niñas también ven actividades como el deporte y las labores del hogar como funciones específicas de un sexo en particular.
Los gustos por los carros, por el fútbol, por la tecnología son otorgados al hombres; y los gustos por la cocina, planchado, cría de los hijos, peinados y cuidado de la casa son propios de las niñas. Siempre sobre esta línea, la autoras Quirós, E y Barrantes, O. señalan que a las mujeres se les ha convencido de que deben dedicarse únicamente a nutrir, comprender, proteger y sostener a otros/as como su destino natural, en detrimento muchas veces, de su propio crecimiento.

Cuestioné también a los niños sobre las labores que en casa asumen mamá y papá. Al leerlos, no pude evitar recordar el texto con el que nos enseñaban a leer que se llamaba “Paco y Lola”. En su mayoría, ubican a la madre en funciones del hogar: cocina, lava, plancha e inclusive en la puesta de límites pues varios las señalaban como “histéricas y que siempre andan gritando”. Los padres, según los niños; “leen el periódico, trabajan mucho, siempre están en la computadora, duermen y roncan”. Cabe señalar que solo hubo tres respuestas diferentes y las tres de mujeres: en un primer lugar una niña que habla sobre la repartición de tareas que hacen mamá y papá; una segunda niña que señala actividades lúdicas que realiza con ambas figuras parentales y en tercer otra niña que comparte más tiempo con el papá pues ahora viven la particularidad de que el padre al quedarse sin trabajo asume las funciones del hogar y el cuido de la niña y la esposa es quien mantiene a la familia y constantemente esta de viaje, por lo que la niña cambia completamente sus respuestas con respecto a los que señalan la mayoría de sus compañeros.

Finalmente, les solicité a los niños que hicieran un dibujo de lo que querían hacer cuando fueran grandes. No es de sorprender que los niños se hayan dibujado como futbolistas, mecánicos, ingenieros y que las niñas sigan queriendo ser maestras, enfermeras y mamás.

Los niños y las niñas no están exentos de los estereotipos sociales, les designamos roles y ellos los aprenden. Es importante que como padres y madres ampliemos nuestra visión y criemos hijos sensibles a las diferencias, capaces de desarrollar las habilidades que ellos deseen, responsables en la toma de decisiones. Niños y niñas que se atrevan a traspasar límites que les permitan crecer y tener una visión más acorde con la realidad que hoy vivimos. Rescatemos a nuestras niñas de los sueños de ser rescatadas por príncipes y a nuestros niños de la responsabilidad de salvar princesas…..

Hasta pronto!
Licda. Tatiana Carrillo Gamboa.
Psicóloga y Psicopedagoga.

Los niños y las niñas de होय...

Los niños y las niñas de hoy….

Niños y Niñas


Hace unos días tuve la oportunidad de atender a unas niñitas entre ocho y nueve años que en primera instancia llegaron a compartirme sobre un conflicto que tenían. Después de un rato de escuchar sus historias; la situación fue cambiando de tónica. De pronto me encontré escuchando a niñas con historias de “mujeres”. Hablaban de celos, relaciones de noviazgo, modas y por supuesto de sexo.

No pude evitar remontarme a mi infancia. Recuerdo que a esa edad yo jugaba con mi hermana de muñecas, andaba en bicicleta. El programa que me permitían ver era el Chavo del Ocho y hago la aclaración de que en ese entonces ni tan siquiera entendía su contenido. Además recuerdo que me permitían ver algunas fábulas, como la de los Picapiedra y la del Pájaro carpintero.

Recuerdo también cuando mis papás decidieron hablarme de sexo. Dios le otorgó una sabiduría extraordinaria a mi papá, quien todavía recuerdo que sin sonrojarse me contó lo que justa y necesariamente debía saber en ese momento, según mi edad.

- Tener hijos/as en estos tiempos es una tarea difícil- , pensé para mis adentros cuando continuaba escuchando a estas niñas. ¿Dónde quedó la inocencia? ¿Dónde quedaron los juegos inocentes de muñecas, los juegos de mesa, el intercambio de estampillas…?

¿Sabe usted qué le interesa a los niños y a las niñas de hoy?

A las niñas de hoy les apasiona ver novelas. Si vieran la cantidad de nombres de “culebrones” que me dieron durante la plática….. Desde unas que según los que las hacen y los que las pasan por los canales de televisión “son para niños”; hasta algunas con temáticas de adultos. Novelas con importantes contenidos sexuales y sociales que nuestras niñas y niños no están preparados para entender. Una de ellas me hablaba de cómo los novios de la novela se transmitieron el H2O mientras tenían “lo del sexo” …. Después de un rato entendí que se refería al VIH… Tristemente cuando le pregunté si su familia sabía que ella veía este programa, ella me respondió con toda naturalidad que veía la novela con su mamá y que cuando salía alguna escena “de lo del sexo” su mamá le tapaba los ojos o le decía que se los cubriera con la almohada.

Las niñas de hoy sueñan con hacer grupos de baile, participar en pasarelas, pertenecer a clubes, vestirse a la moda y escuchar música de grupos de adolescentes….

Los niños de hoy sueñan con tener el Nintendo Wii, juegos de play station como: Hulk, Crash, Soul Reaver, Predator, Assassins cereed (o algo así) y programas como Happy three friend y jackass.

Muchos niños y niñas hoy en día tienen en su habitación televisor y computadora. No estoy en contra de la tecnología ni mucho menos. Lo que si considero importante es que los padres y las madres ejerzan controles sobre los programas y las horas en que ven televisión sus hijos/as. Inclusive, las personas que tienen un poco de conocimiento pueden hasta bloquear sitios en internet para que no se pueda hacer acceso a ningún tipo de pornografía.

Jesús mismo pedía al orar por sus discípulos que no los quitaran del mundo, sino que aún y cuando estaban en el mundo, los guardara del mal. Así mismo, en la oración del Padre Nuestro, pide que aunque andemos en valles de sombra y de muerte no nos deje caer y también que nos libre del mal.

El mundo de hoy se ha convertido en muchos aspectos en un valle de sombra y de muerte; usted no puede dejar a sus hijos/as a expensas de lo que este valle les pueda dar. Por esto; porfavor, no deje que sus hijos e hijas sean criados y enseñados por el televisor, internet ni por sus amigos y amigas.

Fomente la comunicación; siéntese a ver los programas de televisión que ven sus hijos e hijas. Antes de comprar sus video juegos; dedique un poco de tiempo para buscar información sobre el juego; internet puede ser un buen aliado.

Saque tiempo para que sus hijos/as puedan invitar a sus amigos/as a su casa; así usted tendrá oportunidad de conocer con quiénes se relaciona.

Ofrézcase en cuanto le sea posible a ir a dejarlo a los lugares que frecuente con sus amigos/as. Hoy en día es usual que desde edades tempranas pidan permiso para ir al cine o a centros comerciales con sus amigos/as. Trate de aprovechar el momento para hacer alguna diligencia en este lugar.

Fomente y refuerce las actividades y los juegos de niños/as. Hoy en día resulta que los niños son invitados constantemente a brincarse etapas. Poco se promueven los juegos sanos y sobre todo los juegos de niños. Saque tiempo para promover este tipo de actividad.

No se trata de que los encerremos y los aislemos; porque entre más recurramos a este método, más intentarán en algún momento salirse y experimentar por sí mismos. Se trata de brindar confianza sin pecar de confiados.

Hasta Pronto.

Licda. Tatiana Carrillo Gamboa.
Psicóloga y Psicopedagoga.